La incompetencia, los sesgos, el histrionismo y la politización del fiscal José Domingo Pérez han hecho un grave daño a la lucha contra la corrupción en el Perú, pues ha dejado abierta una ventana para que los que nos han metido la mano al bolsillo para robarnos, aleguen persecución y falencias en las investigaciones que tiene a su cargo este magistrado que por decoro debería renunciar antes de ser echado del Ministerio Público por la Junta Nacional de Justicia (JNJ).

Poner en vereda a los corruptos de alto perfil que se dejaron comprar por los sinvergüenzas de Odebrecht y otras empresas constructoras, era una tarea que debió hacerse con prolijidad y profesionalismo para que las investigaciones y las acusaciones sean limpias, casi incuestionables, sin espacio para las dudas y la posibilidad de que los implicados y sus aliados puedan denunciar persecución, irregularidades, arbitrariedades, abusos u otras taras que echen sombra a los procesos.

Sin embargo, esta tarea se la asignaron a fiscales como Rafael Vela y José Domingo Pérez, quienes ni siquiera deberían seguir hoy en funciones, pues están echando a perder la lucha contra la corrupción que exigen los peruanos. El reto les ha quedado inmenso a quienes solo han buscado la figuración y el circo. ¿Recuerdan al segundo de los mencionados cuando se apareció en una audiencia provisto de un chaleco antibalas? Puro show, pero nada de acusaciones eficientes ni mucho menos sentencias condenatorias.

Por decoro, ellos mismos debería alejarse de sus cargos antes que los saquen por su incapacidad, para permitir el inmediato paso de fiscales nuevos, verdaderos profesionales de derecho, sin aspiraciones políticas y que tengan la clara idea de trabajar en sus estudios y no en los set de televisión. Hace poco la nueva fiscal de la Nación, Delia Espinoza, dijo que su institución no estaba en crisis. Bueno, si tras el ridículo de Pérez no se da cuenta que las cosas están de cabeza, entonces vamos todos mal.

Esto se veía venir desde que las prisiones preventivas contra determinados personajes eran revocadas en instancias superiores. Estaba claro que la lucha contra la corrupción encomendada a Vela y Pérez iba directo al fracaso, si ni siquiera han sido capaces de iniciar proceso contra la corrupta confesa Susana Villarán, quien ahora en verano debe seguir gozando de sus días de libertad frente al mar. Gracias, fiscales del Equipo Especial Lava Jato. El Perú saqueado por sinvergüenzas tendrá que seguir esperando justicia.