Algunos reconocidos caviares peruanos han salido en redes estas semanas con el objetivo de lavarle la cara al término “caviar”, porque ya no pueden negar su existencia. Los peruanos ya abrimos los ojos y comprendemos todo lo que nos han hecho. Primero tenemos que aclarar que el término caviar no es una construcción peruana ni es actual. La frase “gauche caviar” nace en los 80 como crítica de los comunistas hacia el gobierno socialista de François Mitterrand, a quien se le acusaba de traicionar al pueblo francés. El concepto hacía referencia a la contradicción entre los burócratas de Mitterrand provenientes de la élite francesa y las supuestas ideas socialistas que el gobierno defendía. Los caviares se caracterizan por: 1) Ser un grupo proveniente de las élites sociales, económicas y académicas, 2) Defender ideas socialistas y progres que buscan someter al ciudadano al control estatal y a una agenda global que ellos han impuesto, 3) Son una organización con fines de lucro que utiliza los recursos estatales supuestamente para “ayudar” y termina beneficiándose de forma privada, 4) Son tibios y convenidos, procuran quedarse en el cómodo “centro” lo que les permite pactar y trabajar con todos, 5) Viven del cuento de la “tecnocracia” que no es otra cosa que gobernar y cobrar sin ganar elecciones, y 6) Se consideran el faro ético y moral de la nación, capaces de cancelar o sancionar las posiciones contrarias a su beneficio.

El término “caviar” no es positivo ni lo será, tampoco es sinónimo de nada bueno. Todo lo contrario muestra lo peor de la clase política de los últimos 23 años en nuestro país y claramente no representa a los peruanos. Son una minoría parasitaria y siempre lo serán.

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