La prohibición de usar autos particulares que se aplica los domingos para evitar el aumento de contagios del coronavirus ha permitido, en algunas partes del país, que las personas recuperen el espacio público que antes estaba destinado a los vehículos.
Pero ¿por qué hacemos la salvedad de “en algunas partes del Perú”? Pues porque en el país hay zonas donde simplemente no se cumplen, o no se pueden cumplir, las disposiciones sanitarias y otras donde los ciudadanos no cuentan con la infraestructura mínima necesaria que les permita hacer uso de estos lugares.
Lima no es el Perú, pero usemos esta ciudad como ejemplo. Algunos distritos de la capital sí tienen la infraestructura necesaria para brindar esparcimiento a sus moradores, y por eso son visitados por vecinos de otros distritos que hacen uso de estos espacios.
La mayoría de ciudades del país están pensadas para los vehículos y esta no es información nueva pero, al igual que en el caso del endeble sistema de Salud, la pandemia volvió la situación mucho más evidente y corresponde a la ciudadanía exigir que las autoridades vean esta arista y que los espacios de esparcimiento sean democratizados y de fácil acceso para todos los peruanos.