La democracia se construye en los países de América Latina en permanente cambio con reformas, avances y retrocesos. En nuestro país, atravesamos una profunda crisis cuyo origen también se basa en la crisis de los partidos políticos, y por la falta de democracia, tolerancia y vida colectiva.
La Comisión de Alto Nivel Para la Reforma Política formada en diciembre del 2018 por RS 228-18 PCM, presentó un informe final con 4 ejes: Anticorrupción y rendición de cuentas, Gobernabilidad, Organizaciones políticas y Participación electoral y política de ciudadanos, acompañado de proyectos de ley, así como modificaciones constitucionales que no fueron implementadas o se desarticularon hasta volverlas inútiles.
Según el Barómetro de las Américas, citado por la referida comisión, solo un 52.7% de la población peruana apoya su democracia, mientras que en Uruguay el 82.4%, mientras que sobre confianza en los partidos políticos, el Perú ocupa el último lugar con tan solo 7.5%.
Para las elecciones internas de los Partidos Políticos y Movimientos Regionales en las que elegirán sus candidatos, entre el 15 y el 22 de mayo de este año, si bien se han inscrito 339 listas, el 98% de ellas son listas únicas y tan solo en tres casos se elegirán entre dos listas. Es una muestra de que la democracia no existe al interior de las organizaciones políticas peruanas. Sus inscripciones son sólo membretes, “propiedad de los promotores”.
La reforma política iniciada en período congresal anterior con propuestas como restablecer la bicameralidad, elecciones primarias directas y no por delegados, funcionamiento orgánico colectivo, presentación y control de programas, continúan ausentes.
Necesitamos una profunda reforma política para construir una verdadera confianza en la política, haciéndola tolerante y capaz de construir acuerdos para sacar adelante el Perú.