Reformas políticas en una sociedad cambiante
Reformas políticas en una sociedad cambiante

En la próxima legislatura se dará prioridad al debate de dictámenes relacionados con la reforma de los partidos políticos; al transfuguismo; a la revocatoria; y a la reforma del sistema electoral.

Estando a catorce meses para la conformación de un nuevo gobierno y Parlamento, obviamente no habrá tiempo para alcanzar los consensos necesarios en una reforma integral que, por cierto, no están contenidos en los dictámenes mencionados.

Una reforma electoral y política debe ponderar los cambios producidos en el ámbito nacional y mundial de los últimos 15 años.

Al respecto, Mauricio de Vengoechea, en un interesante análisis titulado “El mundo cambió para siempre”, publicado en la revista política Beerderberg (febrero 2015), señala que:

Desde la perspectiva política, “el terrorismo se propagó por el mundo luego de la caída de las torres gemelas”; “Barack Obama, un activista de Derechos Civiles, se convirtió en el primer Presidente de los EE.UU. en el 2008 y se reeligió el 2012”; “en América Latina, accedieron al poder a través de elecciones dos exmilitares (Hugo Chávez en Venezuela y Ollanta Humala en el Perú), un sindicalista (Lula en Brasil), un exguerrillero (José Mujica en Uruguay), dos presidentes con raíces indígenas (Morales y Toledo), un obispo (Fernando Lugo en Paraguay, finalmente destituido por el Congreso); “en los países árabes, levantamientos sociales provocados por las demandas de los jóvenes a través de las redes sociales, en lo que se conoció como la Primavera Árabe” removieron a dictadores en Túnez, Libia y Egipto”. “Esa misma ola participativa inició en España el movimiento “Indignados” que se propagó en otros países de Europa, llegó a Chile con las protestas de los jóvenes por una mejor educación y terminó en Nueva York, en el llamado Otoño de Wall Street, como rechazo ciudadano a las estructuras sociales, económicas y políticas preestablecidas”. “Otro fenómeno que revolucionó la política mundial de los últimos años fue WikiLeaks, iniciativa que puso en manos de los ciudadanos del mundo información confidencial de los gobiernos”.

Desde la perspectiva económica se desató una burbuja hipotecaria con la cual se inició la peor crisis económica mundial vivida desde los años treinta, la que se acentuó por el excesivo endeudamiento público y privado de varios países. Actualmente, vemos lo que sucede con el petróleo que llegó a cotizarse en ciento sesenta dólares el barril: a comienzos del 2015 se cotiza en menos de cuarenta dólares.

Existe “una pérdida total de la confianza de la población hacia las instituciones y los modelos económicos y políticos vigentes. Hoy existe una gran incertidumbre entre los ciudadanos de todas partes del mundo, que han dejado de creer en las instituciones privadas y públicas. Muchos de ellos han perdido sus empleos y otros, que aún lo conservan, han restringido su consumo, temerosos de que la crisis también los afecte”.

“Desde la perspectiva de las comunicaciones, la participación de millones de personas, que a diario se interconectan a través de las nuevas redes sociales, como Facebook y Twitter, alteró el conjunto de la dinámica social. Gracias a las nuevas tecnologías, se ha democratizado el acceso a la información y se ha otorgado poder al individuo para comunicarse en cualquier momento y desde cualquier lugar en que se encuentre”.

“En este contexto cambiante, la demanda por una mayor transparencia por parte de las sociedades aumenta la responsabilidad personal y colectiva, por lo que candidatos y gobiernos se ven obligados a responder de una nueva manera a las demandas de los ciudadanos”.

La viabilidad de las reformas en el sistema electoral, de gobierno y de partidos políticos, debe considerar que vivimos en un mundo marcado por permanentes “crisis políticas, económicas y sociales, culturalmente impactado por la revolución tecnológica, los avances científicos y las comunicaciones”.

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