Réquiem
Réquiem

Así es, el régimen cubano de los hermanos Castro viene imponiendo su modelo a sangre y fuego en Venezuela, y para ello utiliza al "payaso asesino" de Nicolás Maduro y sus secuaces. Día a día vemos lo que viene sucediendo en dicho país, para vergüenza de los nuestros que guardan un silencio. Difícil de describir sin palabras subidas de tono. El asesino venezolano, al cual ni siquiera le podemos decir dictador, pues uno que ostenta dicha designación se las arreglaría para tratar de solucionar los problemas inmediatos de su nación; es un simple carnicero que habla que quiere el diálogo, aunque sus acciones dicen todo lo contrario. Además, insulta y veja a su propio pueblo.

Pero acá de lo que se trata no es en el fondo el pueblo venezolano, sino más bien del régimen dictatorial cubano. Se está jugando su supervivencia ya que si el asesino Maduro cae, quién va a sostener a Cuba, nadie. Entonces Raúl Castro, que quiere aparecer ante el mundo como un gran gobernante, se desplomaría. Por eso, al ser consciente de lo que se está jugando, han despachado al país llanero sus más altos especialistas en represión social, sus servicios de inteligencia, para infiltrar todos los movimientos venezolanos (políticos y sociales). Hace seguimiento a los dirigentes y, lo que es peor, la infiltración a las propias fuerzas armadas a través de los llamados "voluntarios", aparte de la presión que ejercen sobre los militares corruptos a quienes ellos les conocen sus fechorías.

Pero no solo la acción cubana ha sido con los venezolanos, pues se conoce que están ejerciendo una tremenda presión sobre las izquierdas latinoamericanas y de ahí podemos entender el comunicado, en el caso de la izquierda nacional, a favor de Maduro y sus asesinatos. Pero es una vergüenza que el Perú, autor de la Carta Democrática, solo tenga una tibia posición y no condene enfáticamente. Si se aplicara la misma, un solo país tiene la capacidad de convocatoria de la reunión de cancilleres, pero parece que en el nivel de nuestro mandatario estamos muy hipotecados y los militares corruptos que cogobiernan en Venezuela están aterrorizados de perder el poder, pues tendrían que rendir cuentas y las cárceles se llenarían de ellos.