La presidenta Dina Boluarte se reunió ayer con el Consejo de la Prensa Peruana (CPP) y dejó en claro que “hay una total apertura y entendimiento del rol de los medios de comunicación”. Clara diferencia con la gestión de su antecesor, Pedro Castillo, quien atacó sistemáticamente a los medios de comunicación. Incluso en su mensaje golpista del último 7 de diciembre afirmó que la prensa era mercenaria, corrupta y cínica, “que injuria, difama y calumnia con absoluto libertinaje”. Todo porque la prensa no se adaptó a sus deseos.

Castillo atentó en todo momento la libertad de expresión. Por ello nunca firmó la Declaración de Chapultepec, un compromiso para que ninguna ley o acto del Gobierno pueda restringir o limitar la libertad de prensa o expresión. En cambio, Dina Boluarte ha tenido una actitud más propositiva y ha pedido un tiempo para evaluar el tema y responder en la primera semana de enero.

El Gobierno tiene una gran tarea para superar este momento crítico y de bajísima credibilidad. Sabe que con más incertidumbre e inestabilidad no habrá desarrollo. Pero es consciente también que debe respetar a las instituciones para generar consensos y una de ellas es la prensa.

Pese a que Dina Boluarte está a la cabeza de un Gobierno que tiene los meses contados, es necesario encontrar el rumbo con ponderación y paciencia. Su gestión es transitoria, pero puede quedar en la historia si cumple los compromisos y encamina al Perú, con orden y mano firme, hacia el progreso.

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