Las medidas adoptadas por el Gobierno para limitar el aumento de casos positivos de coronavirus COVID-19 servirán de poco o nada si nosotros no ponemos de nuestra parte.

De qué sirve, por ejemplo, la prohibición de eventos con más de 300 personas si los locales o promotores de los mismos, haciendo gala de una gran irresponsabilidad, publicitan sus actividades asegurando que solo recibirán a 250 personas. La misma pregunta se le podría realizar a los padres y estudiantes técnicos y universitarios que creen que la suspensión de clases significa vacaciones y pueden ir a la playa, al cine o de fiesta. El aislamiento social ha demostrado ser la principal acción para evitar la propagación del virus porque se evita infectar a las personas de alto riesgo.

En ese sentido, es de vital importancia el comunicado emitido de manera conjunta por los titulares del Poder Judicial, Ministerio Público, Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo donde se aclara que se pueden aplicar medidas restrictivas a las personas que no acaten las disposiciones previstas para evitar que el número de infectados siga creciendo.

Seamos responsables, en nosotros está lograr que la epidemia pase por el país causando el menor daño posible.