Las movilizaciones desde el 7 de diciembre demandando “el cierre del Congreso”, “nuevas elecciones” y “que se vayan todos”, que además implicaron la toma de carreteras y aeropuertos, e incendios de locales públicos con el lamentable saldo trágico de 27 muertos, incluso menores de edad, la mayoría por disparos de bala de efectivos del Ejército, las vivieron quienes eligieron a Pedro Castillo como una reivindicación de los históricamente excluidos, campesinos de la sierra y selva, minorías raciales, quechuas, aimaras y otros.

En estos días hay una tregua de cristal por las fiestas de fin de año, aunque en Puno persisten en la zona sur bloqueos de carreteras sin liderazgo visible.

Los sectores conservadores de la política, mayoría en el Congreso, demuestran desprecio e ignorancia respecto de nuestras nacionalidades.

Cuando Evo Morales el 17 de noviembre visitó Puno, fue declarado visitante ilustre por el Gobierno Regional de Puno. La Universidad Nacional del Altiplano le confirió el grado de doctor Honoris Causa, mientras que la Comisión de Relaciones Internacionales del Congreso presidida por María del Carmen Alva, manifestó su rechazo.

Esta comisión citó al gobernador regional de Puno y al rector, mostrando ignorancia, pues les preguntaron por qué declararon que Puno se integraría a Runasur, asimismo por qué se referían a Evo Morales como “jilata”.

Ignoran que “runa” en quechua significa “pueblo” y que es lo mismo “wayqe” en quechua, “jilata” en aimara, “hermano” en español. El solo hecho de hacer esas preguntas es expresión de ignorancia y desprecio a nuestros quechuas y aimaras. Antes de hacerlas debieron averiguar en privado y no hacer el ridículo en público.

Siendo “runa” peruanos y bolivianos, somos “wayqeruna”, “jilatanaka”, “hermanos y hermanas”.

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