Comienzan a perfilarse las listas de candidatos al Senado y a la Cámara de Diputados, y es evidente que muchas agrupaciones políticas parecen no haber aprendido la lección, al incluir a gente con dudosos antecedentes éticos y judiciales, y a personajes de la farándula y otros campos que a todas luces es convocada solo para atraer votos, y no por lo que puedan aportarle al país desde un cargo tan importante.
Llama la atención que tras casi cinco años de haber padecido un Congreso de espanto que está cerrando su mandato con menos del tres por ciento de aprobación ciudadana, algunos partidos insistan en la receta fallida de colocar en sus listas a gente que de ser elegida, solo contribuirá a hacer cierta la frase que dice que cada vez tenemos un peor legislativo que el anterior, a pesar de todas las advertencias.
Se supone que para atraer el voto de los electores hay que colocar a los mejores ciudadanos como candidatos, no a los que estén metidos en los mayores escándalos, a peloteros dudosos, a los que bailen mejor que el otro, a los que más canten; o a los amigotes de las dirigencias partidarias que cuentan con verdaderos prontuarios. Eso es una verdadera falta de respeto a los peruanos y al país.
Por eso, en lugar de votar por las listas llenas de esta clase de candidatos, lo mejor es darles las espaldas, mostrarles desprecio en las urnas para ver si aprenden la lección. El manejo del país requiere seriedad, y no una tomadura de pelo como la que pretenden hacernos otra vez.




