Si hay algo que ha caracterizado al gobierno del presidente Ollanta Humala, eso es sin duda su casi nula disposición a dejar que se investiguen los presuntos actos de corrupción cometidos en su administración o por personajes de su entorno. Queda claro que esa frase gritada a la tribuna y que dice “caiga quien caiga” se aplica solo a los rivales políticos, pero no a su gente, que en estos últimos cuatro años ha estado bien blindada.

Ahí está el caso del viaje a Moscú de Alexis Humala y del congresista “ruso” Josué Gutiérrez. Han transcurrido más de cuatro años y a los caballeros no les ocurre nada, pese a que se hicieron pasar por “enviados” de un gobierno que aún asumía funciones para hacer quién sabe qué tipo de negocios. Si este par fuera otro, hace tiempo estaría en Piedras Gordas II. Fue la primera muestra de que el blindaje a los amigos -y no la honestidad- haría la diferencia.

Luego vino el tema del ilegal resguardo a Óscar López Meneses, que llevó al presidente Humala a reunirse “en privado” con el entonces titular del grupo de trabajo del caso, Víctor Andrés García Belaunde, mientras la bancada humalista pedía que se investigue al personaje desde los años 90, como para distraer la cosa. No pasó mucho para que el jefe de Estado se niegue a responder unas preguntas en su despacho sobre el tema. Si no tenía nada que ocultar, ¿por qué no dar su testimonio en reserva?

Más tarde vino el caso Martín Belaunde Lossio, donde el ministro de Justicia fue sorprendido en una reunión con el asesor legal del Despacho Presidencial -y hoy abogado de Nadine Heredia- y una procuradora. Y ni qué decir de los hábeas corpus presentados por la Primera Dama para evitar que la Fiscalía indague sus cuentas y contratos de trabajo, dudosos por donde se les mire. ¿Esto es muestra de la honestidad que hace la diferencia?

Con el caso de la DINI hubo apertura cero para llegar a la verdad. Ayer el presidente Humala habló sobre la posibilidad de que su gobierno sea investigado en el Congreso por presuntas irregularidades con empresas brasileñas. ¿Cuál fue su respuesta? ¿Que se allanaba a cualquier pesquisa? ¿Mostró su disposición a que revisen lo que quieran? No. Dijo que ese trabajo debería hacerlo el Ministerio Público y no el Poder Legislativo. ¿Y así no quieren que se dude del humalismo?