La mayoría del Congreso no admitió la moción de vacancia presidencial y el futuro del país continúa sombrío. La gente se siente defraudada ya que suponía que el Gobierno iba a tomar muy en serio sus demandas y resolverlas. Es que el presidente Pedro Castillo no reacciona. Se encuentra paralizado entre la incapacidad propia y las señales de corrupción de su entorno más cercano.

Los congresistas tuvieron la gran oportunidad de llevar al mandatario al Parlamento para que dé explicaciones convincentes sobre los escándalos políticos que desestabilizan al país, pero no se alcanzaron los votos necesarios para ello. Un día antes, el jefe de Estado se reunió con los líderes de algunos partidos políticos y este acto lo convirtió en una gran campaña de imagen contra la vacancia, para cautivar no solo a los legisladores indecisos sino también a la opinión pública.

Si bien es cierto el objetivo de tener la mayor cantidad de votos se cumplió, la otra batalla parece perdida. Muchos creen que hubo un gran negociado bajo la mesa para tumbarse la moción de vacancia, algo que el líder de APP, César Acuña, dejó entrever ayer cuando dijo que su partido no realizará una alianza con el Gobierno. “Que se repartan la torta con otros, pues ya he visto que Somos Perú, Podemos y el Partido Morado se aliaron”, expresó. Un comentario que ha generado gran polémica y que solo demuestra que esos encuentros fueron muy sospechosos, por decir lo menos.