El desafío del Perú es que en marzo nuestros estudiantes regresen vacunados a colegios cuyos locales tengan las medidas de bioseguridad y los protocolos sanitarios que se requieren. Por el distanciamiento social, la existencia de salones con aforos reducidos, y por el elevado número de alumnos en un grado-sección, los directores en muchos casos se están viendo obligados a programar y desarrollar “un servicio educativo semipresencial” por lo menos en el corto plazo. Ante esta situación, lo lógico es constituir dos grupos que estudien en momentos distintos. Hay dos alternativas: a) lunes, miércoles y viernes va al colegio el grupo 1, y martes, jueves y sábado va el grupo 2; y b) una semana va al colegio el grupo 1 y la siguiente semana el grupo 2 y así sucesivamente.

¿Cómo se va a atender metodológicamente a los alumnos cuando están en sus casas? En los colegios y hogares que cuenten con equipos tecnológicos y recursos virtuales, las sesiones de enseñanza presencial podrían ser “transmitidas” para que las sigan también los alumnos que están en sus hogares. El reto es cómo el docente va a desplegar su mediación didáctica en la motivación, adquisición y retroalimentación de los aprendizajes de ambos grupos de alumnos.

Lo preocupante son los colegios y hogares donde no hay los recursos señalados. Para los días en que los alumnos estén en sus casas, una alternativa podría ser que afiancen, enriquezcan, exploren y recuperen saberes ya trabajados en las clases presenciales. Para ello el maestro podría recurrir a trabajos, investigaciones, cuestionarios utilizando diversos recursos, entre otros, audiovisuales y textos.

Como se puede inferir, la semipresencialidad genera nuevos retos pedagógicos que deben trabajarse en los colegios. Esperemos que la evolución de la pandemia sea favorable para que el distanciamiento social disminuya y haya un aforo en los salones al 100% para que lo más pronto posible volvamos a una total presencialidad.