A continuación me permito compartir con ustedes un interesante artículo escrito recientemente por el reconocido educador y exministro de Educación Grover Pango. Dice así: “Hace bien el ministro Saavedra al preocuparse por la continuidad de sus reconocidos esfuerzos en el gobierno que venga. Su apuesta por gestión educativa, docencia, logros de aprendizajes e infraestructura, con mayores presupuestos para todo, ha mostrado la conveniencia de tener ‘grandes avenidas’.

Esta conducción ministerial -amenazada por insuficiencias, plazos y desatinos funcionales- ha enmendado errores y continuado aciertos, como recomiendan la seriedad y la sensatez. La primera gran corrección ha recaído sobre los despropósitos de quien le antecedió en este quinquenio.

Se equivocan quienes lanzan piadosos elogios a dicha jefatura ministerial. Afirmar que si no fuera por ella los logros de la actual gestión serían imposibles es, por decir lo menos, una cortesía exagerada. Sus claros antecedentes vienen de la meritocracia para la carrera docente con una ley del quinquenio anterior, promovida por personalidades educativas de gran prestigio y ajenas al partido aprista gobernante. Luego, dizque fue perfeccionada (con niveles inalcanzables e irreales) por una ley posterior. El Diseño Curricular Nacional es también de entonces y le fueron adosando instrumentos paralelos sin llegar nunca a mejorarlo, más bien lo han deformado. Los actuales COAR se derivan de la experiencia del exitoso Colegio Mayor, que con desesperación se quiso desaparecer luego del 2011.

Ojalá sea realidad una ‘cultura del reconocimiento’ que facilite la anhelada continuidad. No practicarla, especialmente en educación, es una torpeza de verdad lamentable”.