Una lectura de los últimos días nos hace ver que para las autoridades y políticos, los niños que son los más vulnerables y que deberían ser objeto de protección, se han convertido en la última rueda del coche si vemos por un lado el caso Qali Warma, y por otro a un grupo de congresistas de izquierda tratando de que profesores sentenciados en primera instancia por terrorismo y violación, vuelvan a las aulas.
Y no vengan a quejarse y a decir que detrás de esto hay un complot contra la presidenta Dina Boluarte y su entorno; y el Congreso que tiene como integrantes a elementos que prefieren que los profesores acusados y sentenciados por delitos gravísimos, sigan en aula compartiendo jornadas con niños y jóvenes.
Por un lado les dan comer desperdicios para llenarse los bolsillos junto con empresarios de pacotilla, y por otro quieren que reciban formación de gente con sentencias al menos en primera instancia, lo cual ya es bastante. ¿Así dicen que trabajan por el futuro del país? ¿Actuarían igual si esos escolares fueran sus hijos?
Todos los padres de esos menores que son víctimas de funcionarios corruptos y de congresistas que llevan agua para su molino sin importar cómo afectan a niños y jóvenes, deberían tomar nota de quiénes son estos personajes nefastos para cuando con su cara de palo salgan a pedirles el voto, mientras tanto, la justicia debería hacer su trabajo.