Ayer en este espacio me refería a la necesidad de que el Ministerio de Cultura, que dicen que aún existe en el Perú, estaba en la obligación de explicarnos a los peruanos bajo qué criterio se había contratado por 30 mil soles, en plena pandemia, al cantante Richard Cisneros Carballido, conocido como “Richard Swing”, para dar “charlas motivacionales” a los servidores de ese sector. La respuesta llegó, pero ha resultado no solo incompleta, sino escandalosa.

A través de una entrevista en RPP, la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Leslie Urteaga, señaló que el contrato con el cantante conocido por sus escandaletes faranduleros había sido suspendido, que no sabía si ya se le había pagado y –lo más grave– que van a investigar si este señor cumple con los requisitos exigidos para brindar el servicio por el cual se le estaba desembolsando dinero de todos los peruanos.

Señalo que esto último es lo más grave porque la funcionaria nos está diciendo que en el Estado, o al menos en ese sector casi misterioso, se paga a gente sobre la que se tiene dudas respecto a su idoneidad para dar determinados servicios. Si existe no uno, sino varios contratos con el mencionado personaje, es porque el Ministerio de Cultura tendría que estar muy seguro y con el debido sustento objetivo, de que es la persona que necesitaban.

Tengamos en cuenta que el muy suertudo de “Richard Swing” ya se ha llevado cerca de 175 mil soles a través de diferentes contratos desde que empezó el gobierno de Martín Vizcarra. En respuesta a eso, recién ahora, cuando ya estalló el escándalo en los medios, nos revelan, como gran anuncio, que van a revisar si se le debió contratar o no. ¿Así se manejan el Estado y los recursos siempre escasos? ¿Para esto nos quieren poner más impuestos?

Hay derecho a indignarse por los 175 mil soles a cambio de charlas a trabajadores que seguramente tenían que ir a escucharlas por obligación. Las explicaciones sobre estos hechos que vienen de varias gestiones ministeriales en el sector Cultura, han sido insuficientes, y creo que han mostrado, más bien, la improvisación con que se manejan muchas cosas en un Estado que suele quejarse por falta de recursos. Queda mucho por investigar a raíz de este escándalo.