​Tetas y marchas. Razones no les faltan
​Tetas y marchas. Razones no les faltan

Eran treinta mujeres que llegaron vestidas con bata, se pararon en plena avenida Abancay, abrieron sus ropas y dejaron ver debajo de sus pechos el mensaje “Déjalas Decidir”

Carpe Diem, por 

Eran treinta mujeres que llegaron vestidas con bata, se pararon en plena avenida Abancay, abrieron sus ropas y dejaron ver debajo de sus pechos el mensaje “Déjalas Decidir”. Que, en resumen, nadie las puede obligar a cargar en su cuerpo lo que no desean. Los que están a favor de la despenalización del aborto suelen acompañar su campaña con fotografías de muchachas embarazadas con uniforme escolar, o cargando un osito de felpa y otras imágenes por el estilo.

Y razones no les falta. Las estadísticas arrojan que 3 de cada 4 víctimas de violación son menores de edad -el 7% son varones- y los casos están allí. En setiembre de 2013 Correo informaba que en la comunidad de Cachato, en Huánuco, había 220 niñas en la misma situación. Otra cifra, 9 de cada 10 embarazos en niñas y adolescentes son producto del incesto.

En la otra vereda, una masa de personas se movilizó por las principales vías de la ciudad en una marcha -promovida por el Arzobispado de Lima- declarando su amor y respeto por la vida. 

Los que están en contra de la despenalización, se denominan pro vida, y esgrimiendo por igual argumentos religiosos y jurídicos, explican que cualquier tipo de aborto es una forma de asesinato como cualquier otra, más allá de las circunstancias en que el embarazo se haya dado.

Y razones no les faltan. Para nuestro aparato judicial, somos sujetos de derecho desde el momento mismo de la concepción. Se apoyan, por ejemplo, en la Declaración de Madrid de 2009 que dice “Existe sobrada evidencia científica de que la vida empieza en el momento de la fecundación (...) el cigoto, luego embrión y luego el feto, no forman parte de ningún órgano de la madre, sino que es la primera realidad corporal del ser humano, un ser nuevo”. Una cifra, 2 mil hombres y mujeres de ciencia firmaron el manifiesto, argumentando por la vida sobre el aborto.

Ayer la comisión de Justicia del Congreso, presidida por Juan Carlos Eguren, archivó el proyecto de ley que despenalizaba el aborto en caso de violación. Posiblemente muchos opinarán -y de hecho opinan- sin leer, porque ya tienen una idea pre concebidade lo que quieren creer, de lo que para ellos está bien o está mal.

¿Qué es más poderoso, la imagen de un contenedor de basura con bracitos y pequeñas cabezas producto de un legrado que descuartiza fetos, o la imagen niñas de diez, doce años violadas por su padre, su hermano, su vecino, con el vientre hinchado en medio de la pobreza más extrema, donde ni ella tiene para comer?

¿A quién debemos defender?