El ministro de Energía y Minas, Jorge Montero, ha dado el viernes último una buena noticia para el país y en especial para la región Arequipa: la empresa Southern tiene previsto iniciar entre agosto y setiembre de este año la etapa de construcción del proyecto cuprífero Tía María, que abarca una inversión de mil 800 millones de dólares, que sin duda dinamizará nuestra economía.

Si la compañía ha cumplido con todas las condiciones legales y ambientales exigidas por el Estado peruano, no tendría por qué haber inconveniente para que todo avance sin problemas. Sin embargo, todos sabemos que existen grupos de esos llamados “ambientalistas” que van a ser los primeros en tratar de bloquear esta inversión que tanto necesitan el país y la región.

No sería la primera vez que ocurra. Además, estamos cerca de una campaña electoral que hará que esta gente busque en las movilizaciones la visibilidad que necesitan. En el pasado lo vimos con Marco Arana y Gregorio Santos, que luego de bloquear el proyecto Conga, en Cajamarca, aspiraron a cargos públicos. El segundo de ellos está hoy preso por delincuente.

El Perú no puede parar por unos cuantos revoltosos y politiqueros que se llaman “ambientalistas”, pero que no dicen una palabra sobre la minería ilegal que devasta Madre de Dios y parte de Puno, por citar solo dos zonas.

El Estado tiene que acompañar la disposición de la empresa para sacar adelante Tía María y si es necesario, comprarse el pleito que generen los antimineros.