¿Cómo es posible que cualquiera resulte inscrito en un partido político? Pues, bien, en nuestro país todo puede ocurrir, inclusive ser candidato sin estar preparado para dar la talla. Pero, vamos a lo serio: no es aceptable que los tengamos que acudir a la plataforma web del registro de organizaciones políticas para saber si algún pillo nos incluyó en su selecta lista de miembros de su agrupación e iniciar el vía crucis que es zafar del bendito registro. Hace un mes me llegó una información de que una persona conocida estaba inscrita en un partido político que aspiraba a registrarse ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Para su sorpresa, ni conocía a los dirigentes ni tenía la intención de participar en política, menos haber dado su firma para tal fin. Para evitar cualquier contratiempo con su trabajo, tuvo que acudir a dicha entidad para comenzar su trámite y salir de aquella lista sorpresa. Al regresar del JNE, la persona inscrita contó que debía pagar 45 soles para dejar sin efecto la inscripción que nunca quiso y esperar 30 días para que su nombre sea eliminado del registro mientras dura el proceso. Es decir, debía padecer la tramitología para obtener justicia.
Aquella persona registrada sin su consentimiento en un partido político había firmado una declaración jurada en su trabajo de no pertenecer a ninguna organización de dicha índole, por lo que al verse sorprendida con la información corría el riesgo de ser blanco de alguna denuncia penal. Por supuesto que el caso ha pasado al Ministerio Público, pero lo más probable es que todo se archive porque, lamentablemente, aún no sabemos de quién es la responsabilidad final del buen registro de partidos.