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La detención de Alejandro Toledo llega en un momento clave, en un momento de tensión para el caso “Lava Jato” y, de manera particular, para el equipo especial de fiscales a cargo. Tanto es así que es muy probable que algún “conspiranoico” de Twitter salga con la desopilante teoría de que hasta el Gobierno de los Estados Unidos puso su grano de arena para salvarle los muebles al equipo especial “Lava Jato”.

Estos días han sido complicados para los magistrados que están a cargo del caso de corrupción más grande de la historia del Perú. Después de la revelación de los pagos secretos para el Gasoducto por parte de Odebrecht y la sensación de que hubo algo raro -por decirlo así- tras bambalinas en el acuerdo de colaboración, la noticia del arresto de Toledo llega como un maná para ellos. Llega, pues, en un momento en que las dudas afloran en torno a la real conveniencia del famoso acuerdo con Odebrecht. Y cuando se conoce que la compañía brasileña, encima, pide la suma de S/ 524 millones por concepto de reembolso. Casi nada.

Y así ha caído la noticia de la detención de Alejandro Toledo en los Estados Unidos. Conforme a lo dicho ayer mismo por el ministro de Justicia, Vicente Zeballos, el pedido fiscal de detención fue hecho hace una semana. Esperaban la noticia y llegó en un momento oportuno. Porque ahora quedan en gran medida jaqueados aquellos que esgrimían día y noche, con tesón y un ritmo machacón, que la labor de los fiscales del caso “Lava Jato” responde simple y llanamente a una sintonía con el Gobierno para ejercer persecución política contra los opositores.

La extradición de Toledo, que por supuesto aún espera meses de tramitación, puede ser un envión anímico para el equipo de fiscales, pero eso no debe hacernos olvidar que aún hay explicaciones que dar y dudas flotantes que atender sobre esta compleja trama de corrupción.