“Tuve que venir hasta aquí”, fue una de las primeras frases de Keiko Fujimori en Chota en el debate del uno de mayo, expresión infeliz hacia las provincias de la sierra peruana, porque debiera recordar que no solo en Lima se puede desarrollar los debates y no solo bajo conducción de periodistas de los grandes medios que ya tomaron posición.

Para no caer en el fatalismo de Sócrates cuando respondió “si has de casarte, me preguntas. Yo te respondo: Haz lo que quieras. Pues hagas lo que hagas, te arrepentirás”. Nuestro voto en esta segunda vuelta, deberá ser con el compromiso de ser vigilantes y acompañar a quien salga elegido, aunque habrá quienes elijan “el mal menor” o pongan como línea divisoria unos su rechazo al supuesto comunismo y los otros la lucha contra la corrupción.

La polarización, marco político de la segunda vuelta, nos plantea la pregunta sobre cuál de las dos alternativas tendrá la capacidad de encabezar una movilización nacional para enfrentar, con éxito, la crisis sanitaria, económica, política y social que atravesamos.

El país y el Estado que tenemos requieren cambiar hacia un nuevo pacto social, un Estado con capacidad de brindar servicios de calidad en educación, salud, infraestructura, como base mínima de verdadero ejercicio de derechos ciudadanos. No podemos seguir con crecimiento económico, y manteniendo altas tasas de desigualdad económica y social. Este modelo económico vuelve inviable nuestro país y nuestra sociedad.

Votemos con ilusión y esperanza sin temor al cambio. Votemos por los intereses de las mayorías del país. Votemos en forma vigilante. Nuestro voto es por Pedro Castillo.