La dura y ejemplarizadora sentencia de 22 años y seis meses de prisión efectiva contra el excongresista Michael Urtecho, un falso valor de la política peruana y uno de los primeros “mochasueldos” del Congreso, debe tener muy asustados a sus “herederos” elegidos en años posteriores, como los 11 actuales padres de la patria que tienen casos en el Ministerio Público acusados de robar la plata de los trabajadores de sus despachos.
Si realmente hay justicia en este país, el Ministerio Público y el Poder Judicial tienen que actuar con el mismo rigor frente a los actuales legisladores, quienes tarde o temprano tendrían que ir a parar a la cárcel por más que no se cansen de asegurar que son objeto de “persecución política” cuando en verdad no serían más que unos pájaros fruteros del dinero ajeno, valiéndose de su posición de poder.
Queda pedir a la justicia que actúe con celeridad y no tarde, como en el caso de Urtecho, casi diez años en emitir una sentencia definitiva contra ese vil personaje.
En los 11 casos, están los testimonios de los afectados y las evidencias de quw esta gente que no ha perdonado ni los bonos excepcionales que cobraban sus trabajadores, sobre los cuales se lanzaban como aves de rapiña.
Es momento de que el ciudadano vea que no hay impunidad, y que los ladrones de esquina y también los de oficina, cuello y corbata, terminan ante la justicia pagando por sus uñas largas como ha sucedido con Urtecho.