El empleo en el sector agropecuario, a nivel nacional, cayó un 7.5%. El sector reporta la mayor tasa de informalidad del país, con 93.5%. Y, entre 2022 y 2023, un total de 328,347 trabajadores informales perdieron su empleo. En el caso particular de Piura, 52,642 personas que laboraban en la informalidad quedaron desempleadas, según estimaciones de la Encuesta Permanente de Empleo Nacional. Si hablamos de salarios, en 2023, el ingreso promedio a nivel nacional que recibió un trabajador informal en el sector fue apenas un tercio de lo que percibió un trabajador del sector formal. Mientras el primero ganó en promedio S/ 683, el segundo ganó S/ 2,153. En Piura, el trabajador informal ganó en promedio S/ 604, y el formal, S/ 1,989. Esta situación ya la había adelantado el presidente del BCR, Julio Velarde, quien hacia fines del año pasado indicó que el sector enfrentaría su peor escenario de los últimos 26 años. La derogación de la Ley de Promoción Agraria, condiciones climáticas adversas, grandes proyectos de irrigación entrampados y un escenario de incertidumbre política de nunca acabar serían las causas principales que vienen golpeando al trabajador agropecuario. Revertir esta situación depende mucho de las políticas que se ejecuten hoy. El Ejecutivo está trabajando en modificaciones a la Nueva Ley Agraria; pero, priorizaría ajustes tributarios -como la modificación del pago de Impuesto a la Renta de 20% a 15%- en lugar de reducir costos laborales, como el sobrecosto que genera la Bonificación Especial por Trabajador Agrario. Urge poner en marcha obras de irrigación como Chavimochic III, Majes Siguas II, Chinecas y Alto Piura, que generarían más de 400,000 empleos. Estas y otras medidas son necesarias para fomentar la formalización del agro y generar un mayor bienestar en el trabajador del campo.