Ayer, los peruanos despertamos con la novedad de que el gobierno del presidente Pedro Castillo había hecho dos designaciones muy “dignas” de su precaria, inepta y corrupta administración. Como jefe de la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) colocó al general de brigada EP (r) Wilson Barrantes, y como viceministro de Gobernanza designó al abogado Raúl Noblecilla, hasta hace poco asesor del congresista procesado por terrorismo Guillermo Bermejo.

En el primer caso, recordemos que este militar en retiro hizo hace unos años, en medio de un gobierno democrático, un pintoresco llamado a la insurgencia. Grabó un video vestido él de camuflado y con boina, al lado de un tanque de juguete, quizá de uno de sus nietos, llamando a tomar el poder. Obvio que nadie le hizo caso. Antes había participado como expositor en eventos organizados por los senderistas agrupados en el Movadef.

Meses atrás, denunció que el presidente Castillo un día le ofreció ser jefe de la DINI; y que más tarde se comunicó con él el entonces secretario palaciego Bruno Pacheco y Beder Camacho para pedirle el pago de 200 mil soles mensuales en vista que iba a ser nombrado jefe del órgano de inteligencia. Querían su “peaje”. El general Barrantes sabe muy bien, entonces, que este es un gobierno putrefacto, pero aun así ha aceptado el cargo. Una vergüenza.

Sobre Noblecilla en Gobernanza, recordemos que este abogado es del entorno más cercano de Bermejo y de Castillo. Era empleado del Congreso, donde le abrieron dos procesos disciplinarios. Antes denunció a la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, por los presuntos delitos de organización criminal, encubrimiento personal y obstrucción a la justicia. Todo un escudero del jefe de Estado investigado por corrupción. Ya le dieron su premio.

El gobierno del presidente Castillo falta el respeto a los peruanos con estas designaciones, que nada bueno suman. En año y medio, el profesor no ha aprendido nada. Ni él ni su entorno. Sigue empeñado en poner a los amigotes y a quienes le puedan traer algún apoyo político. Así maneja el país quien encima tiene la frescura de salir a quejarse de las críticas y a decir que ponen trabas a su gestión. Seguimos rumbo al abismo.

TAGS RELACIONADOS