Nadie en su sano juicio podría oponerse a que exista un tren que recorra toda la costa entre Tumbes y Tacna. Es más, sería un sueño para todos los peruanos. Sin embargo, parece una burla que este gobierno, que no ha sido capaz de hacer una adecuada vía de ingreso al nuevo aeropuerto Jorge Chávez que tardó como 20 años en construirse, que no logra avanzar como debería con la Línea 2 del Metro y que nos sigue meciendo con la nueva Carretera Central, salga con este anuncio.

Si parecía que ya era suficiente con la demagógica y fantasiosa historia de hacer un penal en la isla El Frontón donde no hay agua ni luz, y al que sería carísimo movilizar diariamente alimentos, médicos, abogados, policías, agentes del INPE y familiares, todo para albergar a apenas 200 reclusos, lo que en poco o nada contribuye a paliar el hacinamiento en nuestro sistema penitenciario, ahora nos salen con un tren que debería tener más de dos mil kilómetros para unir nuestras fronteras norte y sur.

¿Qué más viene?, ¿la pista que unirá La Punta con la isla San Lorenzo, donde habrá un nuevo aeropuerto y un puerto mejor que Chancay, junto a hoteles y casinos? Hace poco quedó demostrado que este gobierno no es capaz ni de transferir los recursos necesarios para acabar los trabajos de prevención de daños por huaicos y desbordes ante un eventual fenómeno El Niño en la costa norte. Incluso dejaron colgados a las empresas contratistas, a sus proveedores y a los trabajadores, que se quedaron en la calle.

Es evidente que un tren como el anunciado sería una maravilla que hace tiempo merecemos. Uniría todas las ciudades de la costa con seguridad y rapidez, pero además de caro, estoy seguro que el actual gobierno no será capaz ni de dejar listo un estudio de prefactibilidad, como que tampoco dejará un ladrillo sobre otro en El Frontón, que más parecía un cuento para levantar la campaña electoral de Juan José Santiváñez, a quien la presidenta Dina Boluarte hace caso en todo lo que le dice.

En un país con tantas carencias, especialmente en materias de infraestructura, no se puede estar jugando con la gente al hacer anuncios tan rimbombantes como irrealizables, al menos por ahora. Además, estamos en un gobierno de salida y débil. En los meses que les quedan, dedíquense a combatir a la delincuencia que extorsiona y mata, no generen más gasto público del permitido y avancen lo más que puedan con las obras ya iniciadas. A propósito, ¿para cuándo estará lista la nueva Carretera Central?