Lima y Callao son ciudades integradas con 11´550,000 habitantes y una demanda diaria de 24´600,00 viajes urbanos según la Asociación para el Fomento de Infraestructura Nacional, la que no es cubierta.
Rafael López Aliaga, alcalde de Lima, está trayendo 20 locomotoras y 93 vagones, “donados” por Caltrain, empresa estatal de California EE. UU. Su traslado al Perú cuesta $ 24 millones y los ha declarado por S/ 800 millones ante la SUNAT. Son trenes que operarían de Chosica al Callao.
Algunas afirmaciones de López Aliaga no parecen ajustarse a la verdad según diversos analistas, entre ellos Mario Zolezzi:
- La donación no sería tal, sino una compra-venta por remate en USD$ 4.9 millones, porque los trenes tienen más de 40 años de uso.
- La municipalidad ha declarado ante la SUNAT que su adquisición vale S/ 800 millones sin mayor explicación.
Cada ciudadano puede agregar más cuestionamientos tras la presentación y descarrilamiento vistos a nivel nacional.
No hay líneas operativas para estos trenes, estaciones para pasajeros ni licencia para operar. Cuánto tiempo y dinero tendría que invertirse, es lo que debe responder el municipio limeño.
Para resolver el problema del transporte urbano, no puede ser contra la corriente. Emplear combustible diesel cuando el mundo avanza en energías no contaminantes, solo remarca la improvisación, la falta de transparencia y el irrespeto por la ciudadanía.
Lima necesita conocer todos los detalles de esta “donación” y se hagan los estudios de factibilidad necesarios para una verdadera y eficiente red pública de transporte.