¿Tropas a las calles?

La idea de mandar la tropa a las calles para combatir a la delincuencia común puede sonar bien para el discurso de plazuela de un candidato a la alcaldía o a la Presidencia de la República que quiere ganar votos a como dé lugar. Sin embargo, tal idea carece del menor sentido si tenemos en cuenta que las Fuerzas Armadas están para combatir en guerras convencionales con armas sumamente letales, y no en medio de la población civil que en muchos casos convive con los hampones.

En lugar de pensar en mandar a la calle a soldados con fusiles FAL y lanzagranadas a bordo de blindados con ametralladoras antiaéreas, cuyo uso sería absolutamente irresponsable en una ciudad por más que esté plagada de delincuentes, es necesario más bien mejorar la capacidad de acción de la Policía Nacional que desde sus orígenes fue creada para trabajar al lado de los ciudadanos, a diferencia de los elementos de las Fuerzas Armadas.

Imagine usted, estimado lector, que está llegando a su casa en alguna urbanización de Lima y se encuentra con que una patrulla del Ejército -como esas que proponen sacar a las calles- ha descubierto a unos "raqueteros" desvalijando un vehículo luego de reducir a su propietario, y se ha iniciado una descomunal balacera con fusiles de guerra manejados por elementos de tropa de 18 o 19 años de edad que han recibido tres meses de entrenamiento y apenas saben disparar. ¿Se sentiría a salvo?

Nadie discute que el problema de la inseguridad en las calles es muy grave, como lo he señalado muchas veces en este mismo espacio. No obstante, hay que encontrar soluciones viables y no lanzar propuestas que pueden sonar muy bien y ser hasta populares, pero que una vez llevadas a la práctica podrían ser un desastre por usar a instituciones de la patria y a su personal para cumplir funciones que no les corresponden.

Si queremos poner en vereda al hampa, reforcemos a la Policía Nacional con más personal y mejor entrenado, mejores equipos y elaborando acertadas estrategias a ser aplicadas por sus efectivos de la mano con la población civil. Eso de sacar a la tropa a las calles está bien para los candidatos desesperados que ofrecen lo que sea, cuando en realidad no saben ni de lo que están hablando.