Junto con la pandemia de coronavirus, en nuestro continente ha caído otra desgracia que quizá ayude mucho al avance de la primera que ya se ha llevado de encuentro miles de vidas. Me refiero a la irresponsabilidad y hasta la salvajada de algunos presidentes de la región que irónicamente están al frente de los países más grandes y relevantes de América por su poder económico, su ubicación geográfica y su número de habitantes.

Acá no importa si son de derecha, de izquierda o de lo que sea. La pachotada, la irresponsabilidad y la vocación suicida ha venido de todos lados. Miremos a Donald Trump, quien inicialmente minimizó el avance del coronavirus y ahora tiene más afectados que China e Italia. Ahí está la genial portada de The New Yorker del nueve de febrero, que lo mostraba con una mascarilla en la cara, pero no sobre la boca, sino tapándole los ojos, como no queriendo ver lo que se le venía.

Las noticias generadas por otro digno representante de la idiotez en América en tiempos de coronavirus llegan directamente desde Brasil, donde el presidente Jair Bolsonaro cree que esto es un juego y minimiza la gravedad de este mal que tiene al mundo de rodillas. Para este personaje que en el Perú tiene sus seguidores, no pasa nada, el suelo está parejo, la existencia de la gente adulta mayor no vale nada y la vida debe de seguir.

Pero como para demostrar que actitudes como estas no vienen solo del “imperio” o de la “ultraderecha”, ahí tenemos al “progre” mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien luego de pedir por muchos días a sus gobernados que hagan su vida normal y sigan yendo a los “restaurantes y fondas con la familia”, en las últimas horas alguien le ha hecho ver que si no hay aislamiento, la cifra de afectados se le va a disparar y no la va a controlar nadie.

Acá tenemos, pues, a los presidentes de las más grandes potencias de nuestro continente en pleno siglo XXI. No son mandatarios de republiquetas perdidas en islas del Caribe, ni esos tiranuelos para el olvido de los años 50 o 60 que surgían a balazos de las refriegas por el poder y que Gabriel García Márquez supo parodiar con toda su maestría en El otoño del patriarca. El mundo sufre de coronavirus, pero también de la irresponsabilidad de gente como Trump, Bolsonaro y AMLO.