Sin que se haya producido el alto al fuego que esperamos entre el ejército ruso y las fuerzas de Ucrania, cualquier resultado, una vez sentados en una mesa de negociación, será que Kiev no ingresará en la Organización del Tratado del Atlántico Norte – OTAN, creado en 1949, luego de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), que incluye a los países con ubicación geográfica dominante por el océano Atlántico septentrional pero que en buena cuenta, fue el bloque para la seguridad y la defensa de los países de occidente en la idea de contar con una respuesta militar conjunta -pura seguridad colectiva- frente a una afectación a la integridad de los Estados miembros, lo que sería una reacción al estilo de “Los tres mosqueteros” de Alejandro Dumas, es decir: “todos para uno y uno para todos”.

Se hizo como una posibilidad real de contingencia objetiva e inmediata frente a la amenaza que significaba en ese momento la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas – URSS, que también creó su contrapartida a la OTAN: el Pacto de Varsovia de 1955 ya desintegrado, y reemplazado por el la Organización del Tratado de la Seguridad Colectiva (OTSC) que, bajo la inocultable dirección de Rusia, reúne a los países que fueron antes partes de la también desaparecida Unión Soviética.

Para ingresar en la OTAN hay que seguir un procedimiento denominado Plan de Acción de Membresía (MAP) que en realidad es un programa de la OTAN de asesoramiento y asistencia a aquellos países que deseen unirse al Tratado. La participación en el MAP no prejuzga ninguna decisión de la Alianza sobre la futura membresía. Aunque la OTAN se ha esforzado en los últimos años en referir que ingresar en su seno no es un asunto complejo.

Los últimos países que participan en el programa MAP para ingresar en la OTAN, que está compuesto a la fecha por 30 países, son Bosnia y Herzegovina. La crisis de la OTAN de los últimos tiempos se visibilizó con las críticas y desplantes del expresidente Donald Trump, que fue debilitándola en lo que sería, a mi juicio, uno de los mayores errores de EE.UU. respecto del único bloque fiel del sistema internacional con que cuenta; sin embargo, la OTAN es el rostro militar de Washington en Europa y por eso Moscú -en su momento- pondrá como condición para una paz permanente que Ucrania se olvide del bloque.