Ayer, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) hizo pública la cifra de crecimiento del producto bruto interno (PBI) de octubre último, que apenas llega al 2,09%, una cifra bastante baja al inicio del último trimestre de un año que, según las proyecciones más optimistas, debemos cerrarlo con 2,4% en azul.

La actual situación de la economía, que podría estar mejor para así ayudar a más pobres a salir de su situación a través del empleo productivo, es un gran pasivo de este gobierno que no podrá culpar de esto al disuelto Congreso, ni a otro factor que no sea la escasa capacidad del Poder Ejecutivo para fomentar inversiones privadas y ampliar el gasto público con recursos que no se ejecutan.

Es cierto que somos uno de los pocos países que crece en la región. Sin embargo, para los índices de pobreza y las carencias en sectores básicos como salud y educación, el 2,4% previsto para este 2019 resulta insuficiente. Los peruanos merecemos una explicación de parte del gobierno por no haber estado a la altura de las exigencias.

Hace mal el gobierno del presidente Martín Vizcarra al creer que porque disolvió el Congreso, convocó a consultas populares y la gente aplaude en la calle al mandatario por pechar a Keiko Fujimori, a Héctor Becerril y a César Hinostroza, todo está bien en el Perú, cuando en realidad la economía sigue fría y no apuntala la lucha contra la pobreza, que debería ser la prioridad en lugar de las peleas y peleítas que en poco ayudan a solucionar problemas de fondo.