El primer gabinete ministerial de Pedro Castillo, presidido por Guido Bellido Ugarte, juramentó finalmente con Pedro Francke y Aníbal Torres en las carteras de Economía y Justicia, Héctor Béjar en la de Relaciones Exteriores y el profesor Juan Cadillo en Educación.

Aunque la composición del gabinete recibe críticas desde diversos flancos, es preciso reconocer que Castillo ha decidido tomar el toro por las astas, reafirmándose en los planteamientos que lo llevaron a la Presidencia, con lo que queda descartado asumir la Hoja de Ruta que sectores de derecha le quisieron imponer.

Se trata de un gabinete conformado mayoritariamente por políticos y técnicos provincianos, con lo que destaca la importancia de la mirada al país más allá de Lima. Varios de sus integrantes hablan quechua y más de uno juramentó en ese idioma, reivindicando la cultura de millones de peruanos habitualmente ignorados y excluidos. Otros ministros provienen de organizaciones sociales vinculadas al agro como Víctor Maita, del Cusco, enfatizando la importancia del sector que sostiene la alimentación nacional.

Un aspecto que preocupa es la poca experiencia que se les conoce en gestión pública nacional, por lo que esperamos se rodeen de los asesores y técnicos adecuados para implementar programas y políticas adecuadas, a fin de corregir el rumbo económico y generar mejores condiciones de desarrollo. Tampoco podemos dejar de señalar la ausencia de mujeres en estos cargos, ya que Anahí Durand y Dina Boluarte serán las únicas representantes. Nuestras observaciones son parte del ejercicio democrático y político.

Es responsabilidad del presidente Pedro Castillo designar a quienes lo acompañarán en su gestión. El contrapeso lo ejerce el Congreso y, en pocos días, deberá decidir si opta por la democracia o por una nueva crisis política negándole la confianza al primer gabinete ministerial. Estaremos atentos.