En política los gestos dicen mucho más que las palabras. Por eso, la presencia del presidente Pedro Castillo en una ceremonia policial al lado del muy cuestionado ministro del Interior, Luis Barranzuela, dan la idea de que al menos en el corto plazo, el mandatario no tiene previsto expectorar a dicho funcionario que hasta hace pocos días fue abogado de Vladimir Cerrón.

En Correo creemos que la presencia pública del mandatario al lado del titular del Interior, es una respuesta a las críticas y a los pedidos de relevar a dicho ministro, que además es un gran defensor de los cultivos de hoja de coca, en cuya erradicación debería colaborar, irónicamente, la Policía Nacional.

Queda claro que la presencia del señor Barranzuela, un policía en retiro de patética foja de servicios, es insostenible y afecta a la seguridad nacional y la lucha contra la corrupción por su pasado como abogado de Perú Libre. No obstante, el jefe del Estado parece creer todo lo contrario.

Ante esto, queda a las bancadas del Congreso decidir si dan o no la confianza al gabinete a cargo de Mirtha Vásquez, quien pese al indefendible pasado del ministro Barranzuela, exhibido una y otra vez en la última semana, ha dicho que está evaluando sus antecedentes, como si fuera necesario.

Será el Poder Legislativo el que decida la suerte del ahora responsable político de la Policía Nacional.

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