Tan grave como nombrar en la Presidencia del Consejo de Ministros a Guido Bellido, ha sido la designación del sociólogo Héctor Béjar como ministro de Relaciones Exteriores, de donde seremos lanzados a los brazos de las tiranías de Venezuela y Cuba, país donde el flamante canciller recibió formación guerrillera para la toma del poder por las armas.

Esta es otra de las afrentas al país que ha cometido el presidente Pedro Castillo. Acá está, pues, el “moderado” poniendo en la Cancillería a un discípulo de dos asesinos como Fidel Castro y el “Che” Guevara, a alguien que se enfrentó al Ejército del Perú y la Policía hasta que fue detenido y encerrado en un penal, de donde salió gracias al indulto que le dio el general Juan Velasco.

Una de las primeras actividades del flamante canciller Béjar, quien en sus tiempos de guerrillero actuaba bajo el alías de “Calixto”, ha sido reunirse con su colega de Venezuela para luego anunciar el restablecimiento de las relaciones con la tiranía de Nicolás Maduro.

Queda a los peruanos estar muy atentos. Si las miradas en estos días han estado puestas en el premier Bellido, no dejemos de observar al canciller Béjar, el actual jefe de la aún respetadísima y muy profesional diplomacia peruana que descansa sobre el legado de ilustres como José Gregorio Paz Soldán, Alberto Ulloa Sotomayor y Javier Pérez Cuéllar, entre muchos otros.

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