La cifra de muertos por el coronavirus COVID-19 en el país se elevó de 11 a 16 en menos de 24 horas y desde este diario ofrecemos nuestro pésame a la familias de las víctimas mortales de la infección. Este hecho también debe hacer que tomemos conciencia sobre nuestra responsabilidad al acatar el aislamiento social obligatorio impuesto por el gobierno a fin de evitar que el número de contagiados colapse nuestro, de por sí precario, sistema de salud.

Diariamente, el presidente Vizcarra anuncia la cantidad de infectados y también da a conocer cuántas personas han sido intervenidas por incumplir el aislamiento. El norte del país, con énfasis en Piura, Chiclayo y Trujillo; y la selva peruana, con Iquitos a la cabeza, son las ciudades donde más se desacatan las normas y no es coincidencia que el número de infectados se haya disparado en estas zonas.

Lo que pasa en Italia, España y Estados Unidos demuestra que es clara la correlación entre el incumplimiento del aislamiento social y el incremento de casos. No esperemos llegar hasta los extremos en los que estos países se encuentran, donde los muertos se cuentan por miles, y cumplamos con nuestra parte.