El Congreso de la República rechazó que el Perú sea sede de la celebración del quincuagésimo segundo (52°) periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) debido a que el organismo internacional solicitaba que se instale “además de los baños comunes, baños individuales y al menos un baño neutro”.

Fueron 55 parlamentarios los que votaron en contra de permitir el proyecto de resolución legislativa 2548 que aprobaba el acuerdo entre el gobierno de Perú y la secretaría general de la OEA luego que el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, Ernesto Bustamante (Fuerza Popular), señalara que “se está metiendo en el acuerdo, de contrabando, el concepto de ideología de género” al pedir que se instale este baño.

Ya en varias oportunidades señalamos que tanto las llamadas bancadas de izquierda como las de derecha votan unidas y legislan de acuerdo a sus creencias cuando se trata de iniciativas para cerrar acceso a las minorías y por eso no sorprende esta última decisión. Si había alguna razón política para rechazar la presencia de la Asamblea General de la OEA, mejor hubiera sido exponer los motivos y evitar el papelón internacional al que se ha sometido al Perú tras la última decisión del Congreso.

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