CARPE DIEM 

La señora Kati viene a la oficina muy temprano cada mañana para limpiar y poner un poco de orden en el caos que dejamos al irnos luego del cierre de la noche anterior. Unos minutos antes de irse le enseño la portada del día y le pregunto qué le parece. Precisamente hoy sumo mi primer mes en Ica y Correo cumple 10 años aquí -siendo de lejos el diario líder, si me permiten el cherry de aniversario- y le pedí que me tome una foto para tener de recuerdo.

Como ambos estábamos de pie, le dije, ya, yo me paro aquí nomás y usted dispare. Lo hizo, miró mi teléfono y no le gustó la foto. Me hizo sentar, sacó toda la bandeja de papelería, los periódicos que tenía encima los extendió un poco más. Así va a quedar usted mejor, me dijo. Hizo la foto, cogió sus baldes, su celular y me dijo hasta mañana.

Es bueno trabajar rodeado de gente que busca siempre más. Los diseñadores son geniales, han llegado a firmar en portada cuando ellos mismos traen una buena nota y antes de empezar su trabajo la escriben y luego arman con las fotos que ellos mismos hacen. Proponen primeras planas avezadas, como aquella en que salimos con un brazo de Spiderman. Nuestra correctora no se queda atrás y ayer mismo publicamos como tema del día un informe de dos páginas que ella misma consiguió, redactado por supuesto de forma impecable, faltaba más.

Pero nada sería posible sin los reporteros. Tenemos corresponsales en Chincha, Pisco y Nasca y se van literalmente a la punta del cerro, equipos de un solo hombre para sacar el dato. A la gente le gusta enterarse de en qué andan Humala, Guzmán y Acuña, pero también sobre un naufragio de pescadores en San Andrés o una campaña de salud chinchana.

Hace quince días, Luz salió de su casa a las 2 de la mañana porque sus fuentes le avisaron de un crimen espantoso. Llegó antes que nadie, jugándosela en un barrio ajeno mientras hacía sus fotos y juntaba los datos. Al día siguiente estaba temprano escribiendo la historia y de allí salió de comisión con su cuadro del día a seguir la historia. Para Harold la cosa es tener la noticia. Viene, escribe, se vuelve a ir, regresa; no importa que su última conferencia sea 7 de la noche, y estemos al cierre, ya vendrá temprano a escribir antes de repetir sus incesantes entradas y salidas. Andrés combina su pluma corriendo al estadio para ver a los equipos locales, llegando un evento de reinas de la Vendimia o marchando con unos huelguistas bajo 35 grados de calor. Puede con todos.

Y volviendo a la señora Kati, cierte mañana vio el espejo del baño y regresó con un martillo de su casa. Eso se va a caer si le ponen ganchos con goma, lo que necesita es un gancho de cemento. Y mi martillo. Me gusta esta redacción, donde a nadie se le escapa ni el detalle más pequeño.

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