Los colegios y universidades privadas del país, desde hace varias semanas y sin necesidad de que los padres de familia o los propios alumnos expongan los dramas

económicos que atraviesan a nivel personal o familiar, han debido bajar sus pensiones de por sí, debido a que el servicio que están dando ahora es distinto al ofrecido y que generó una aceptación entre las dos partes antes del inicio de las clases.

Hoy la situación es otra. Es verdad que los colegios y las universidades no buscaron esta situación, pero el Perú y el mundo entero están inmersos en un problema sanitario que afecta todo. Esto debe llevar a replantear muchas cosas en materia económica, laboral, familiar y social.

Los centros de enseñanza que insisten en creer que para ellos no pasa nada, no pueden pretender ser los únicos en no verse afectados económicamente, cuando casi el 100% de personas está padeciendo en sus bolsillos los efectos de esta crisis.

Los colegios y universidades alegan que no pueden cobrar menos porque tienen compromisos de planilla y otros planes. Pues bien, en Correo estamos seguros que el 100% de los afectados por esta crisis también tenía gastos y obligaciones que cumplir, los cuales tendrá que replantear frente a la nueva realidad que tiene que ser afrontada más que con solidaridad y bondad, con mucho realismo y sentido común.