Será muy pertinente que el Ministerio Público investigue por el presunto delito de enriquecimiento ilícito, pero con total transparencia, rigor y sin sesgo, a los fiscales mediáticos Rafael Vela y Marita Barreto, los que se sumarían a su colega José Domingo Pérez, quien ya está bajo la lupa desde tiempo atrás por un aparente desbalance patrimonial, aunque en este último caso se trata de un monto no tan considerable como el de los dos primeros magistrados.

En el Perú no puede haber intocables por más “fama” de héroes y paladines de la legalidad y la moralidad que hayan tenido en su momentos estos fiscales que irónicamente debían combatir la corrupción. En el caso de Vela, tendría que explicar el origen de su amplia casa de La Molina, con piscina y finos acabados; mientras que Barreto haría lo mismo respecto a una propiedad al sur de Lima que ha estado tratando de vender por medio millón de dólares y cuya titularidad, sospechosamente, ha sido transferida a uno de sus hijos.

Más allá de que se simpatice o no con Vela, Pérez y Barreto, quienes en lo personal creo que han hecho un trabajo lamentable en la lucha contra los actos de corrupción cometidos por autoridades y políticos de alto perfil, nadie debería oponerse a estas investigaciones de parte del propio Ministerio Público, que por años no ha tocado ni con el pétalo de una rosa a estos personajes venidos a menos que han sido más figuración y fuegos artificiales que labor eficiente para lograr sentencias.

Los perseguidores legales de ladrones y sinvergüenzas, y quienes deben formular acusaciones para ponerlos tras las rejas, no pueden tener “zonas oscuras” que les resten autoridad para hacer su trabajo. Si las propiedades las han obtenido gracias a herencias u algún tipo de actividad económica distinta a su labor en el Ministerio Público, tiene que saberse, porque con los sueldos de los magistrados Vela y Barreto, resultaría casi imposible contar con bienes inmuebles por el mencionado valor.

Es bueno que el Ministerio Público hoy a cargo de Delia Espinoza, mire también hacia adentro, hacia magistrados que desde hace tiempo han venido sembrando serias dudas no solo por su trabajo, sino también por su patrimonio, pero que jamás eran tocados por sus antecesores que en algún momento tendrán que explicar su accionar. Y de otro lado, ¿qué dice la Junta Nacional de Justicia (JNJ) sobre Vela, Pérez y Barreto? ¿Es el tipo de fiscales que necesita el país?