El país asiste al inicio del año 2023 en medio de la incertidumbre, con desconfianza y algo de temor, donde los buenos deseos son dichos que se repiten con cariño, pero con escepticismo. Lo que vive nuestro país no es casualidad. Es el resultado de años de mantener la inercia y abandonar las banderas de la acción, una clase media aburguesada, autoridades y políticos que soslayaron la necesidad de quienes no encontraban los beneficios del modelo económico.
En pleno siglo XXI no es aceptable gente sin accesos a servicios básicos, con atención médica precaria y únicamente un médico por cada mil habitantes, cuando en países miembros de la OCDE existen en promedio 35 por cada mil habitantes, educación deficiente, etc,
Aun cuando nuestro país ha alcanzado niveles de crecimiento económico y reducción de la pobreza, subsisten la desigualdad, problemas culturales y raciales, pero sobre todo la informalidad. Casi el 75% de trabajadores y negocios son informales. Es decir, que aproximadamente 3 de cada 4 peruanos desarrollan su labor de manera informal y viven de su trabajo diario, temas que deben ser la principal preocupación de una propuesta de unidad y consenso.
La necesidad, materia prima del terrorismo en los años 70 y 80 del siglo pasado, hoy nuevamente es usada perversamente. El discurso simple de los “nadies” y los “sin voz”, es hoy etiquetado de “pueblo”, “ese pueblo que 200 años fue aplastado por los ricos”.
Tomado el poder por los extremistas, son cual tiburón a la sangre. El poder lo justifica todo. Efectivamente, existe un plan estructurado para destruir el sistema democrático, minando las instituciones más importantes, como el Congreso, la policía, el Ejército, la Iglesia, etc. Ello con una alianza perversa con el narcotráfico, minería ilegal, y apoyo internacional de países que responden a los mismos intereses totalitarios.
Corresponde hacer política, buscando la unidad para defender nuestros derechos y libertades. La polarización del país debe ser derrotada por un sentido de pertenencia nacional y devolver la esperanza. Somos peruanos y todos debemos amar y defender el desarrollo e integridad de nuestro país.