El 7 de diciembre será considerado por los peruanos como un día memorable, no solo porque nos libramos de un torpe aprendiz de dictador, envuelto además en graves denuncias fiscales por actos de corrupción, sino también porque quienes tenían alguna duda sobre la lealtad y respuesta que la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas podrían tener frente a una eventual vulneración de la Constitución, quedó zanjada. Las Fuerzas Armadas del Perú, compuestas por el Ejercito, la Marina de Guerra y la Fuerza Aérea, tienen como finalidad primordial garantizar la independencia, la soberanía y la integridad territorial de la Republica y asumen el control del orden interno, de conformidad con el artículo 137 de la Constitución. Asimismo, la Policía Nacional tiene como finalidad fundamental, garantizar, mantener y restablecer el orden interno. Tanto las Fuerzas Armadas como la Policía Nacional están subordinadas al poder “Constitucional” y no al poder político de turno.

La sabiduría del “Tao Te Ching” de Lao Tzu, señala que “...el imperio se gobierna con la rectitud y con la estrategia se dirige un ejército”. Ha sido muy alentador comprobar que frente a una torpe intentona de violar el orden Constitucional e imponer una dictadura en nuestro país, las instituciones antes consideradas como “débiles”, actuaron con absoluta rectitud, fortaleza y apego al derecho.

Estuvieron a la altura y dieron la talla esperada: el Congreso de la República, el Ministerio Publico, el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, la Contraloría General de la República, la Defensoría del Pueblo, las organizaciones gremiales, las asociaciones empresariales y de la sociedad civil, entre otras, todas alineadas con la defensa de la democracia y la libertad en nuestro país. Pero, más importante aún, comprobar que los peruanos podemos confiar en la integridad, estrategia y honor de nuestras Fuerzas Armadas: Unidos, firmes y dignos, ¡SIEMPRE! Somos un ejemplo vivo para todos los países de la región que quieran cerrarle el paso a oportunistas que buscan instalar ideologías desfasadas y afectar la vida de la población.