Dentro del dinamismo con el que se suceden los escándalos en la política nacional, existe un denominador común: el protagonismo de Vizcarra, arrastrando al fango la credibilidad de instituciones como la Presidencia de la República, universidades, Ministerio Público, JNE, JNJ.

Óscar Ugarte manifestó que se vacunarían a los miembros de mesa y que los privados sí podían adquirir vacunas, para luego recular. Se ha trasladado el debate al escenario ideológico. Califican a la vacuna como “bien público” y que su comercialización por privados traería discriminación e inequidad.

Los bienes públicos tienen un fin: el bien común. Tenemos ejemplos de bienes públicos que son suministrados por privados a través de concesiones: energía eléctrica, los mercados municipales, entre otros. En otra dimensión, la salud y la educación también son atendidas por privados, sin que ello signifique discriminación o inequidad. ¿O a alguien más, excepto marxistas y caviares, se le ocurriría cerrar colegios y clínicas privadas justificándose en que son fuentes de discriminación?

Miente la primera ministra al manifestar que: “las vacunas no se venden a privados”. Una nota de prensa de la Embajada Rusa en Perú, de fecha 12 de febrero de 2021, señala que el Fondo de Inversión Directa de Rusia (RDIF), encargada de la producción y suministro de la vacuna rusa “Sputnik-V”, tiene autorización para negociar con el Gobierno Central, gobiernos locales y privados.

Al margen de las personas favorecidas con las vacunas VIP, (fuera del ensayo clínico), debemos saber bajo qué condición se recibieron esas dosis, independientemente de la modalidad de contratación. Ningún proveedor o contratista del Estado debería “entregar” muestras de “buena fe” del producto que ofrece. ¿Ese hecho invalidaría el proceso?

El Código de Ética de la Función Pública, Ley Nº 27815, señala que los funcionarios públicos se rigen entre otros por el principio de probidad que dispone actuar con rectitud, honradez y honestidad; asimismo están prohibidos de obtener ventajas Indebidas para sí o para otros.

Es vergonzoso para el país, el secretismo, los privilegios y el mal manejo en torno a la vacuna. Aun así, se les ocurre limitar la participación de los privados.