Villarán y el 2013
Villarán y el 2013

Este año 2013 que comenzó con el proceso de revocatoria contra la alcaldesa de Lima Susana Villarán pudo haber marcado un antes y un después en la gestión, luego que la dama se salvó por un pelo de ser enviada a su casa. Sin embargo, de marzo a la fecha hemos seguido con más de lo mismo: obras inconclusas, deficiencias en la gestión que lindan con el dolo y hasta una no negada intención de ir a la reelección en el 2014.

Tenemos el traslado de La Parada sin llegar a buen puerto, el túnel Santa Rosa que no ve la luz al otro lado, una reforma del transporte que con suerte habrá avanzado algo al final de la gestión, una playa La Herradura abandonada a su suerte y lo mismo que el malecón de playa Venecia y, como si fuera poco, obras en la Panamericana Sur en pleno inicio de la temporada de verano.

En este 2013 que se va, vimos también la sospechosa contratación del estudio del abogado Javier Valle Riestra para que efectúe un análisis jurídico sobre la legalidad de la revocatoria, cuando faltaba una semana para la misma. Cómo habrá sido de dudoso el tema que el conocido abogado al final se negó a cobrar lo que se le debía para evitarse más problemas.

Tuvimos también la falta de contrato para el recojo de basura en el Mercado de Santa Anita, lo que llevó a una empresa privada a pretender efectuar un cobro exagerado; y un sospechoso movimiento de millonarios fondos de la Empresa Municipal Administradora de Mercados (Emmsa), que fue admitido por los propios voceros de la administración villaranista.

En enero entramos a una nueva etapa de la gestión de la señora Villarán, pues no contará con mayoría en el concejo, luego que le fueran retirados sus regidores y estos reemplazados por gente de otras agrupaciones. Habrá que ver si lo que no pudo hacer con todo el poder en el municipio, lo podrá llevar a cabo con una oposición que en todo tendrá la última palabra.

Es de esperarse que al menos al final de su mandato, la burgomaestre haga una gestión aceptable y muestre obras no para que piense en la reelección que pretendería, sino para al menos irse dignamente y darle a los limeños una ciudad con mejores condiciones de vida a las que tenían en el 2010.