Es momento que el actual gobierno tome el toro por las astas y de una vez decida afrontar con energía la lucha contra la inseguridad en las calles. Ayer se ha reportado en el Callao la irrupción a balazos de un grupo de sujetos en una fiesta clandestina, que dejó una persona muerta, y tres heridos. Los robos, atracos y crímenes se han convertido en parte del paisaje.

Lamentablemente, el gobierno de Pedro Castillo sigue nadando en la medianía y la irresponsabilidad al tener al sector Interior a la deriva, con un ministro como Avelino Guillén, que no manda sobre el comandante general, Javier Gallardo.  Cómo estarán de mal las cosas que hasta ahora no se han dado los cambios de colocaciones de generales, que debieron formalizarse antes que acabe el 2021. Es algo insólito en nuestra historia.

La violencia en las calles, hoy personificada principalmente en pistoleros a bordo de motos lineales, más allá de los ladrones, asesinos y extorsionadores de toda la vida, debe ser combatida con toda la fuerza del Estado. Y en esto, el rol del sector Interior y la Policía es fundamental.

Al mantener a un ministro y a un jefe policial enfrentados, el presidente Castillo está castigando a todos los peruanos que estamos expuestos a la delincuencia en todas sus formas, algo inaceptable en un mandatario que se llena la boca hablando del “pueblo”. Sin duda, acá hay mucha demagogia e irresponsabilidad.