Ayer se presentó ante el Congreso el general EP (r) Walter Martos, presidente del Consejo de Ministros, solicitando el voto de confianza tras la denegatoria al presidido por Cateriano, quien no planteó propuestas concretas frente a la pandemia, además de su extrema proclividad minera, su ministro experto en cese laboral y los intereses de algunos congresistas en el sector educativo.

La población, especialmente de menores ingresos, sufre las consecuencias y exige medidas concretas, aunque encontramos un listado de ofertas: implementará 50 nuevos mercados para 22 departamentos, ampliará la oferta hospitalaria para llegar a 466 Centros de Aislamiento Temporal este año, aunque sólo vamos por 91, y se plantea contar con 3000 camas UCI para el 28 de Julio del 2021.

La pequeña agricultura familiar de menos de una hectárea, no es comprendida en el crédito agrícola. Hablan de un segundo bono y cierran oídos frente al reclamo del Bono Universal mensual durante la emergencia sanitaria. ¿Piensan que una familia sobreviva ocho meses (calculando hasta octubre) con 190 soles al mes? Dicen que se recuperarían 1′294,000 empleos, pero calla frente a la pérdida de 2′300,000 solo en Lima.

Si la población sale a las calles exponiéndose a la enfermedad es porque necesita ingresos, al estar abandonados a su suerte por este Estado y su gobierno.

El general Martos habla de crisis social, sin comprender que la situación exige medidas de efectivo cambio estructural, ampliar la presencia del Estado pasa por modificar el presupuesto, el gasto público y la base tributaria. Continúan ofreciendo sin mejorar el sistema público de servicios: salud, educación saneamiento, camas hospitalarias, atención primaria real y oxígeno. Mucho nos falta, se hace poco.