En menos de una semana se reinicia el año escolar en los colegios públicos y con ello vuelve el programa de alimentación Qali Warma, que durante los meses de vacaciones estuvo suspendido, razón por la cual no escuchamos más denuncias de intoxicaciones como las que fueron moneda común durante el 2013, que fue cuando se implementó ese sistema que en teoría alcanza a más de dos millones y medio de niños.

Es de esperarse que tras la dura experiencia del año pasado, en que todas las semanas hubo niños afectados por alimentos de baja calidad, por más que el gobierno diga que solo hubo diez casos, el Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis) haya ajustado los mecanismos de compra de alimentos y, sobre todo, de manipulación y conservación de los mismos.

Sería muy lamentable que este año se repitan los casos de menores intoxicados que el Midis se dedicaba a atribuir a los malos proveedores que el mismo Estado contrataba, y a supuestas "campañas" en contra del programa social de bandera del humalismo, como si los niños retorciéndose de dolor luego de ser alimentados por Qali Warma, fueran algo inventado o culpa de otros de por ahí.

Ahora el Midis tiene una nueva ministra que ha estado trabajando en el sector. Es de esperarse que las malas experiencias hayan servido de algo y que los males de salud sufridos por los beneficiarios iniciales de Qali Warma, aunque sea duro expresarlo, valgan para que este año 2014 no se repitan esas dolorosas situaciones que, lamentablemente, para el Estado siempre fueron poca cosa.

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