Me ha llamado la atención las declaraciones del canciller Allan Wagner en Radioprogramas del Perú que, refiriéndose al lote de 3000 vacunas -no ensayos clínicos- entregados por la empresa Sinorpham al Perú -en el entendido de que serían aplicados sin excepción a los investigadores y personal stricto sensu en ese marco científico-, no solo confirmara que 1200 dosis fueron enviadas a la Embajada de la República Popular de China en nuestro país, sino -lo más extraño-, dijera que “hay que tener mucho cuidado con nuestras relaciones” con China.

Sus palabras también alertaron al experimentado periodista Carlos Villarreal, que rápidamente replicó preguntándole “¿Por qué dice que hay que tener mucho cuidado, que ha visto usted que pueda afectarla?”. El ministro, acorralado por sus propias expresiones, recordando que “tenemos un acuerdo de asociación estratégica preferencial” con el gigante asiático, al creer que había salido airoso de la aberración diplomática vertida, dijo que las referidas 1200 dosis entregadas con autorización de la Digemid, es responsabilidad de la Embajada de China”.

¿Habrá querido decir de que, por la importante vinculación con China, debemos quedarnos callados, sin convocar a Torre Tagle a su embajador para que dé explicaciones satisfactorias al Perú, como lo pedí en mi columna del 17.02.21, y reiteré en una entrevista con el ducho periodista Nicolás Lúcar, en Radio Exitosa? ¿Es que estamos hipotecados como Estado? Las embajadas no pueden hacer lo que les plazca y deben ceñirse a la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas (1961), que regula sus funciones y prerrogativas en el Estado receptor (Perú).

Esa Honorable Misión no puede -salvo el caso excepcional  de su personal, para los que no se requiere 1200 dosis-, distribuir, donar, ni aplicar vacunas en el país -ni siquiera los privados nacionales hasta ahora pueden hacerlo-, y menos en medio del Estado de Emergencia por la pandemia en que las restricciones de derechos es para nacionales y extranjeros. Hacerlo sería una grave intromisión en los asuntos internos del país, al violar las reglas y cronograma de vacunación del Perú. Finalmente, quisiera recordar que las embajadas no son soberanas sino únicamente inviolables.