El creciente rechazo de la gente a las decisiones del presidente Pedro Castillo, al nombrar como premier a Guido Bellido y no apartarse de Vladimir Cerrón, seguramente se agudizará con las investigaciones por lavado de activos que tienen estos personajes por el caso de “Los dinámicos del centro”.

La falta de respuesta del jefe de Estado ante la compleja coyuntura ensombrece su gestión. Se le nota hasta indiferencia en este tema. Por eso la sensación en la calle es que no hace nada frente a este problema. Una cosa es que no sepa manejar esta crisis y otra que su visión sea tan obtusa que no lo deje ver lo evidente. Igual, da muestras de su inoperancia. Lo que no queremos creer es que esté pagando cuentas ajenas.

Los indicios de corrupción del secretario general de Perú Libre, congresistas, funcionarios regionales y el presidente de la PCM no son fríos datos y cifras. ¿A qué habrá que llegar para que Castillo se ponga a la altura de sus promesas de luchar contra la corrupción? Solo hacer esta pregunta ya es síntoma de que algo anda mal.

La ampliación de la investigación por lavado de activos que involucra al condenado por corrupción Vladimir Cerrón y personajes claves del dispositivo de poder en nuestro país, es preocupante. No solo es una alerta o una expresión de cuidado o precaución. Es una alarma de que si no cambiamos de rumbo, el Perú se va al abismo.