Es cierto, los parlamentarios cumplen sus funciones en favor de toda la nación y el país, por algo son “congresistas de la república”. Pero ellos son elegidos por una jurisdicción electoral concreta y a ellos responden y representan de manera especial. Entonces, si un congresista es elegido como tal, digamos, gracias a los electores de Tumbes, pues se debe en buena parte a esa jurisdicción, sin dejar de lado su función ante todo el país. Y lo mismo por Lima, por La Libertad o por Arequipa, o por cualquier otra región.

¿A qué va esto? Pues en La Libertad queda la sensación de que los congresistas que llegaron en su representación no están -valga la redundancia- representándola cabalmente. Y eso que en el inicio de sus gestiones firmaron una bancada regional, con bombos y platillos, para empujar proyectos y gestiones que vayan en beneficio de La Libertad.

Es cierto que a veces uno ve los reportes de los congresistas Carlos Alva o de Magaly Ruiz sobre sus acciones referidas a La Libertad, entre otros. Pero también es evidente que la crisis política nacional los ha tenido muy concentrados en ello. Diego Bazán, por ejemplo, fue muy activo en el bloque opositor a Pedro Castillo y sigue siendo un alfil de la derecha en esta coyuntura de crisis y polarización política. Pero el otro día, por ejemplo, mostró su indignación por unos asesinatos suscitados en Lima, lo cual puede estar bien, pero llama mucho la atención de los liberteños porque en Trujillo este año viene siendo especialmente violento por culpa de los homicidios, y Bazán nunca se inmutó todo este tiempo, nunca vimos un tuit o una condena parecida. Así se construyen las percepciones en política.

En la misma senda podemos mencionar a Juan Burgos, también de Avanza País, concentrado en su pugna “anticomunista” en redes sociales más que nada. Por eso muchos liberteños ni los identifican.

Los parlamentarios de esta jurisdicción deberían entender que La Libertad también los necesita, más allá de la política natural.