Adiós a la construcción del Gasoducto Sur Andino
Adiós a la construcción del Gasoducto Sur Andino

El confuso mensaje del presidente Ollanta Humala respecto al inicio de la construcción de un solo tramo del gasoducto de la planta de Malvinas (en Camisea) a la provincia cusqueña de Quillabamba se trae abajo el Gasoducto Sur Andino, al parecer, por los costos desmedidos que ha venido planteando la empresa que ganó la concesión de este proyecto, Kuntur Transportadora de Gas SAC, que meses atrás vendió el 100% de sus acciones a la constructora brasileña Odebrecht.

Inicialmente Kuntur planteó se que se haría cargo de todo el proyecto, con una inversión de 1,330 millones de dólares, para luego ir subiendo por diferentes motivos, sobre todo el costo de los ductos, a 5,000 con Odebrech,t y finalmente a 6,000 millones de dólares. Definitivamente desmedido, según la unanimidad de expertos.

En el mensaje a la nación del 28 de julio pasado, Humala Tasso pidió al Congreso de la República aprobar un proyecto de ley que le permita convocar a licitación internacional el financiamiento y la construcción de dos gasoductos: uno de gas, el de Malvinas a Quillabamba, y otro de etano, desde la planta de Melchorita ubicada en Pisco, Ica, en dirección al sur, para la industria de plásticos, en un eventual complejo petroquímico en Ilo, Moquegua.

Pasemos a desarrollar el ambiguo anuncio. Respecto del gasoducto que va de las Malvinas a Quillabamba, implica la construcción de un ducto de gas natural (GN) y otro ducto de líquidos de gas natural (LGN) hasta la localidad de Chinquipilca (Ayacucho) que se encuentra a 207 kilómetros de Malvinas, donde está la reserva gasífera.

De Chinquipilca partirá un ramal hacia Kepashiato, y de aquí otro ramal a Quillabamba, pero con un solo ducto de GN en los dos tramos. El de Kepashiato a Quillabamba cubre una distancia de unos 300 kilómetros.

INVERSIÓN. La inversión de la licitación llegaría a un tope de mil millones de dólares americanos para los 500 kilómetros de esta nuevo anuncio de convocatoria internacional para iniciar con la construcción de los tres tramos del gasoducto, según el experto en hidrocarburos y ex presidente de Petroperú, César Gutiérrez Peña.

"Pero es una obra sin ninguna rentabilidad y que va significar un costo hundido en el largo plazo, pues el argumento que se va sostener con una termoeléctrica de 200 MW que construirá Electroperú, es otra inversión sin ningún sustento económico, pues a estas alturas, la eléctrica estatal está sobrecomprometida con las adquisiciones de energía de tres centrales hidroeléctricas que se encuentran en construcción", afirmó Gutiérrez Peña, aunque agregó que es por cumplimiento de una promesa electoral al Cusco

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GOLPE AL SUR. Como se recuerda, la empresa Kuntur que ganó la concesión inicial para la construcción del Gasoducto Sur Andino, planteó en principio una inversión de mil 400 millones de dólares para 120 kilómetros de la ejecución de la obra de Malvinas a Quillabamba, pero que el grueso de esa inversión sería asumida por el gobierno peruano.

El nuevo esquema del planteamiento del Jefe de Estado consiste en que los tramos a licitarse se realicen estrictamente con el dinero de la empresa que gane la concesión. Esta sería una de las razones por el que el gobierno habría decidido dejar de lado a Kuntur- Odebrecht que ha venido dilatando este tema del gasoducto sur andino que estaba previsto pasar por las regiones del sur de Cusco, Puno, Arequipa e Ilo-Moquegua y Tacna, a un costo final de 6,000 millones de dólares.

FORMA DE PAGO. La concesión, siempre según Gutiérrez Peña, se otorgará por 20 años y se concluiría en cuatros años los tramos a licitarse. Al término de la obra, recién el Estado pagará los gastos de operación con los recursos del Fondo de Inclusión Energético (FISE), creado por ley.

Pero como esos fondos no serán suficientes, se creará un impuesto de 3% del valor de las tarifas eléctricas que tendremos que pagar los usuarios (Cargo de Tarifa Eléctrica).

CONSENCUENCIAS. Los cierto es que el anuncio presidencial generará airados reclamos de tipo social-político de las autoridades y de la representación civil del sur, con excepción del Cusco, porque se habían hecho ilusiones con el Gasoducto Sur Andino. Y es que se deja de lado la posibilidad de llevar el gas por ductos a las regiones del sur como estaba trazado originalmente.

A menos que Odebrecht se atreva a invertir, con sus propios recursos, las cifras que habría venido inflando. Difícil, por no decir imposible.

El problema es que se armará una guerrilla entre esta transnacional y el gobierno de Ollanta Humala, más aun cuando el Estado peruano tenga que ejecutar la carta fianza de fiel cumplimento por 65 millones de dólares de Odebrecht al no poder hacerse cargo del proyecto del gasoducto sur andino tal como incluso esta últimamente planteado.

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