Han pasado casi cuatro meses desde que Adrián, un niño de seis años, desapareció misteriosamente en Tingo María. Su madre, Michael Segovia Crispín, fue hallada sin vida diez días después en el río Huallaga, pero hasta hoy no se tienen noticias del menor. La incertidumbre crece y su búsqueda se ha extendido por distintas regiones del país, sin resultados concluyentes.
Según informó la familia, Michael y Adrián salieron de una fiesta la noche del 8 de abril tras una llamada telefónica. Fue la última vez que se les vio juntos. La necropsia confirmó que la madre murió por asfixia por sumersión, descartando otras causas, pero la motocicleta en la que viajaban y el paradero del niño siguen siendo un misterio.
La madre de Adrián —quien vive en Lima— ha emprendido la búsqueda sola, sin apoyo de la familia paterna, según denunció. “Primero dijeron que fue un accidente, pero nadie me explica dónde está mi hijo”, reclamó. También exigió que se levante el secreto de las comunicaciones del teléfono de Michael, un paso clave para esclarecer lo ocurrido.
Un posible avistamiento del menor en Arequipa, vendiendo caramelos con un payaso, generó esperanzas. Sin embargo, tras la intervención del artista callejero, no se halló al niño. La madre, sin rendirse, empapeló con fotos la zona en un intento por hallar pistas.
La última grabación que conserva de Adrián es de su primer día de clases este año. Hoy, ese video representa uno de los pocos recuerdos que mantiene viva la esperanza de hallarlo.
Mientras tanto, la investigación sigue abierta. La Policía Nacional mantiene activa una alerta de búsqueda y pide a la ciudadanía colaborar con cualquier información que ayude a encontrar al menor.